Eran las 6 de la tarde en un día despejado, el sol en el horizonte iniciaba su descenso en el horizonte bañando con una luz dorada todo lo que tocaba.
Mientras circulaba por una de las avenidas de Colima, un poco a contraluz alcance a ver una silueta humana ascendiendo por el tronco de una palmera, un tubero, era la hora de subir por segunda ocasión en el día para bajar la tuba que gota a gota cae en el recipiente colocado en la punta de la palmera.
Ahí conocí a Don Leonardo Morán quién es uno de los tuberos que mantienen la tradición en Colima, una tradición que llegó de Asia con esclavos filipinos quienes anclaron en el puerto de Salagua en barcos españoles hacia 1569.
Don Leonardo me invitó a acompañarlo a bajar la tuba de las palmeras sobre el Blvd Rodolfo Carrillo Chávez, me contó que él había plantado esas palmeras y otras de la zona centro de Colima durante sus más de 40 años de dedicarse a este oficio.
Mientras platicábamos entre palmera y palmera, Don Leonardo apunta a un pedazo de palmera por el que pasamos y me dice que un día de la temporada de lluvias decidió no salir a recoger la tuba y que casualmente ese día una tormenta eléctrica realizó una descarga quemando la palmera, me dice “imagínate que yo estuviera allá arriba”.
Me contó que afortunadamente en todos sus años bajando la tuba nunca ha tenido un accidente o una caída.
Él, al igual que otros tuberos, sube a las palmeras sin cuerdas ni otra ayuda que no sean los “escalones” cortados en el tronco de las palmas y su esfuerzo físico. Una vez arriba, sentado sobre las ramas de la palmera procede a vaciar la tuba recolectada y realizar otro corte en el racimo de cocos que previamente fue cortado previniendo que florezca y de dónde gotea ese líquido blanco turbio.
Su familia dice que en las mañanas se obtiene la mejor tuba, por su color hay quienes la llaman “canela” y se acompaña por tradición de un bolillo. La tuba recolectada por las tardes inicia su proceso de fermentación durante el día por lo que cambia su olor y sabor.
La tuba si de deja fermentar por algunos días produce un vinagre que se utiliza para cocinar y para encurtir “cueritos” y verduras. Me comentan Don Leonardo que ya no es tan común que se aparte tuba para hacer vinagre, es algo que poco a poco se va perdiendo.

La tuba una vez recolectada se hierve para después dejarse enfriar. Hay 2 versiones de la tuba que se pueden encontrar entre quienes se dedican a comercializarla, natural y compuesta.
A la primera no se le agrega nada y se toma tal y como sale de la palmera. La segunda es una preparación que lleva frutas y semillas como el betabel, almendras y piña totalmente licuadas y que le dan ese color rojo a la bebida, además lleva pepino y manzana picada acompañada de un par de cucharadas de cacahuates.
La tuba se toma fría para apaciguar el calor. En la zona centro de la ciudad de Colima es común encontrar a los vendedores cargando los bules o balsas donde traen la tuba, también se puede encontrar alguno de los puestos establecidos como el de Don Leonardo en el jardín Torres Quintero a espaldas de la Basílica menor.
No es tan común pero también es posible encontrar tuba en restaurantes locales como Casa Pascual en Comala donde se disfruta con un toque de mezcal de la región.